• 06 de December de 2025
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El Sabio y el Alacrán

Movido por la compasión, extendió su mano para salvarlo, pero el alacrán, por instinto, lo picó. A pesar del dolor, el sabio no desistió y volvió a intentarlo repetidamente, soportando cada picadura. Un transeúnte, extrañado, le preguntó por qué insistía si el alacrán siempre le lastimaba. El sabio respondió con sabiduría: “La naturaleza del alacrán es picar, y la mía es ayudar”.

Consciente de su propósito, el sabio adaptó su forma de ayudar: usó una hoja para sacar al alacrán sin riesgo. Así, mantuvo su esencia de apoyo auténtico sin dejarse vencer por la dificultad. Esta historia nos enseña que ayudar de verdad es un acto de amor y convicción profunda. No se trata de esperar algo a cambio, ni de un altruismo superficial, sino de una motivación genuina que no se pierde ante las adversidades.

En la vida, todos enfrentamos momentos en los que dar sin recibir puede doler. Sin embargo, cuando nuestra intención es sincera y nuestra naturaleza es ayudar, las dificultades solo fortalecen nuestro compromiso. Así, la auténtica ayuda transforma no solo al otro, sino también a quien ofrece su mano, iluminando el camino con esperanza y perseverancia.

La verdadera soli-daridad nace cuando el corazón habla y las acciones reflejan nuestra esencia más noble. No importa cuántas veces caigamos, sino la fuerza con la que nos levantamos para seguir haciendo el bien, sin importar la reacción del mundo. Es un aprendizaje constante, una prueba diaria que fortalece nuestra voluntad y nos conecta con la humanidad compartida.