• 03 de mayo de 2024
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Fernando Valerio, el hondureño que enfrentó al covid-19 con Maíz Catracho

Un grupo de cinco médicos de Cuidados Intensivos hondureños: Óscar Díaz, Marcelino Vázquez, Fernando Valerio, Ronald Cardona y Luis Enamorado (fallecido por COVID), a quienes se les unió otro médico hondureño desde Estados Unidos, Miguel Sierra-Hoffman (al que no conocían) comenzaron a experimentar para combatir una pandemia que había puesto en jaque a Honduras.

“Por marzo el Gobierno nos llamó porque los casos subían y no había un hospital Covid, el de San Pedro Sula estaba colapsado ya sin pandemia”, recuerda Fernando Valerio, quien ejerce en el hospital Cemesa, de San Pedro Sula.

Catracho, nada más hondureño, es el acróstico de un ‘cóctel’ de medicinas y técnicas que comenzaron a utilizar este grupo de médicos en la lucha contra la Covid-19, con excelentes resultados: colchicina, antiinflamatorios, tocilizumab, ivermectina, anticoagulantes y la hidroxicloroquina; así como la administración de oxígeno a alto flujo y la pronación (acostar al paciente boca abajo).

En realidad, no hubo grandes cambios en el uso de los medicamentos, tan solo se adelantó su administración.   

La hidroxicloroquina ha levantado polémica, pues la OMS suspendió temporalmente los ensayos clínicos, tras un informe que la relacionaba con un mayor riesgo de muerte y enfermedades cardíacas. Honduras continuó adelante con el tratamiento, pues sus resultados han sido positivos, aunque no ha estado exento de controversia.  Maíz es el acróstico de cuatro medicamentos que este equipo ha conjugado para luchar contra la pandemia: Microdacyn, Azitromicina, Ivermectina y Zinc.  Ahora muchos hospitales estadounidenses están utilizando el Math Plus, un protocolo muy similar a Maíz, y estudios en Canadá y Brasil están comprobando que el uso de la colchicina disminuye la mortalidad del virus.  La tasa de letalidad del virus en Honduras al inicio de la pandemia era de las más altas del mundo, con un 17 % de los ingresados en UCI, una cifra que a raíz de la aplicación de Catracho y Maíz consiguieron rebajar al 2,6 %. “Las predicciones que se daban eran apocalípticas.  Se hablaba de alcanzar los 40.000 pacientes ingresados en UCI”, cuando la realidad es que apenas había un pequeño puñado de camas disponibles en Cuidados Intensivos.

Un tratamiento de clase mundial Catracho fue elegido entre más de 30.000 ensayos a nivel mundial para presentarlo en un congreso en Suiza, realizado en septiembre, y organizado por la Asociación Mundial de Infectología y Microbiología, y la Asociación Europea de Infectología, ECCMID.  El intensivista cree que el Gobierno, al ver el éxito de Maíz, dejó de lado el abastecimiento de los hospitales, así como la necesaria creación de nuevas camas. “Los hospitales, todos esos espacios, no se han creado al ritmo que debería, no ha habido una respuesta oportuna”.

Fuente: NCYT