• 21 de noviembre de 2024
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Una mascarilla que permite a los discapacitados auditivos leer los labios

Un artículo que prácticamente se ha convertido de primera necesidad en estos tiempos de pandemia es el cubrebocas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) este dispositivo, aunado con otras medidas, puede ayudar a disminuir el riesgo de contagio de COVID-19. Sin embargo las características y el uso de esta prenda deben ser muy específicos para que sea realmente efectiva. Por medio del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) “Diseño e ingeniería de objetos para la mitigación y combate de desastres y contingencias”, cinco estudiantes de las carreras de Ingeniería Industrial, Ingeniería Mecánica y de la Licenciatura en Diseño trabajan en el desarrollo de un cubrebocas inclusivo, sustentable, ergonómico y altamente efectivo. El equipo es liderado por Miguel Huerta Gutiérrez, profesor del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU) del ITESO (México). “Se trata de un producto de bajo costo que se puede fabricar en México. Desde el ITESO es algo que podemos mejorar a nivel de diseño y algo que podemos fabricar a nivel de ingenierías”, mencionó, y añadió que también se consideran opciones para hacer más sustentables los procesos y materiales para la creación del cubrebocas. “Le estamos apostando no sólo a que sea un N95, sino que incluso pueda ser N96 o N97, es decir, que pueda retener hasta 97 por ciento de las partículas aéreas. Esto es importante porque mientras más alto sea este índice, disminuye más el riesgo de contagio”, señaló Huerta. El cubrebocas es incluyente, pues el material utilizado es transparente, lo cual permite que se pueda ver la boca del usuario y facilitar que personas con discapacidad auditiva puedan leer los labios. Más allá de su función como cubrebocas, el proyecto también le apuesta a la reactivación económica de la región y el apoyo a los sectores más vulnerables de la población. De esta manera talleres de termoformado, inyección de plásticos o pequeñas empresas de la industria textil se podrían sumar a la producción de esta prenda.


Fuente: NCYT